Días dulces y tiernos que atesorar por siempre
que hacen percibir la realidad diluirse paulatinamente,
sintiendo que vives una ensoñación entre las nubes.
Días dulces y tiernos que supieron a poco
llenos de luz, de palabras, de ideas, de ilusión...
momentos vividos en los que el tiempo se detuvo.
Días dulces y tiernos que fueron perfectos.
Llenos de pequeños detalles, de risas, de afecto,
de curiosidad, de pasos, de besos, de aliento.
Días dulces y tiernos que hoy duele mirarlos
recordando el nudo en el instante de despedirse,
sabiendo que es muy posible no volver a vernos.
Días dulces y tiernos cuyo abrazo estimula fantasías
haciendo creer que todo es posible,
incluso aquella tenue promesa
de volver a encontrarse pronto... muy pronto.
(15/08/08)
lunes, 1 de marzo de 2010
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