El pájaro cantor
se ha cansado de cantar.
El viento sopla demasiado fuerte
y ahoga sus tenues trinos que se pierden en la niebla.
Exhausto intenta regresar a su nido
a la espera de la vuelta de la primavera.
Quizá si hubiese volado a otros lugares
más cálidos, más firmes...
quizá ahora no sintiese frío.
El miedo le impidió viajar a nuevos mundos
a explorar terrenos inóspitos y quizá inseguros.
Sintió que quizá le atraparían en una dorada jaula
donde le cuidarían, donde no pasaría frío...
pero perdería esa libertad suprema.
El pájaro de colores cambia su plumaje
a otro más gris con el que fundirse con su entorno.
Cuida, reposa y mide sus fuerzas
para seguir subsistiendo en el crudo invierno
sabiendo que tarde o temprano
llegará la primavera.
(17/03/08)
lunes, 1 de marzo de 2010
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